Odontología preventiva

Diagnóstico

En la cavidad oral la exploración debe ser global, en todo su conjunto, es decir del continente y del contenido. Por eso la exploración no solo incluye los dientes sino que deben explorarse los labios, el paladar, las mucosas, orofaringe, lengua, procesos alveolares, suelo de la boca etc.
A menudo se presentan patologías en todos estos tejidos, que aún no presentando síntomas, pueden ser diagnosticadas mediante una adecuada exploración y tratadas de manera temprana.
Además, muchos pacientes precisan medicación para otras patologías que pueden interactuar con la cavidad oral y provocar alteraciones.
Todos estos argumentos nos indican que es preciso realizar historias clínicas actualizadas y las exploraciones pertinentes del contenido y del continente de la cavidad oral.

Radiología

Además de una adecuada exploración clínica, es frecuente precisar nuevas pruebas diagnósticas mediante estudios radiológicos. El diagnóstico radiológico nos proporciona información sobre los dientes y los maxilares, permitiendo un correcto estudio del caso para minimizar los riesgos antes de realizar procedimientos quirúrgicos.
Los avances en el campo de la radiología en los últimos años han permitido la obtención de una mejor calidad en las pruebas diagnósticas, así como de una
menor dosis de exposición radiológica.

Los estudios radiológicos son de gran interés en los pacientes de ortodoncia y para los posibles tratamientos con implantes, permitiendo mediciones exactas e incluso la planificación tridimensional antes de comenzar un caso.
En nuestras clínicas disponemos de equipos de radiovisiografía, ortopantomografía, radiografía lateral de cráneo, así como estudios volumétricos seccionales tridimensionales con equipos de última generación.
Si estas pruebas no pudieran proporcionarnos la información adecuada, procederemos a derivarlo a un radiólogo experto, con el fin de precisar el diagnóstico.

Educación bucodental

Es la medida más importante, aporta más salud y es más coste-efectivo prevenir que curar.
Para todo ello la educación es clave, ya que nos permite informar, ayudar y asesorar para la instauración de hábitos adecuados de higiene oral y estilos de vida saludables.

Los programas preventivos para mantener una adecuada salud oral deben ir dirigidos a:

1. Eliminar la placa dental. Un factor clave en la aparición de la caries es mantener una buena higiene oral. Cepillar los dientes utilizando la técnica adecuada y emplear utensilios, como el hilo dental, aseguran una limpieza bucodental óptima.
El aprendizaje de las adecuadas técnicas de higiene es fundamental para prevenir la aparición de enfermedades orales, tales como la caries y la periodontitis.
Además, se debe atender a los espacios interdentales, a la línea de las encías y a la lengua, ya que son zona de difícil acceso donde tiende a acumularse la placa bacteriana.
En lo referente a la técnica de cepillado, la mejor opción es cepillar la dentición de forma lenta y suave, con movimientos de arriba hacia abajo y de atrás hacia delante.
Finalmente, como prevenir la caries es primordial para nuestra salud bucodental, hay que tener en cuenta que es necesario renovar el cepillo de dientes cada tres meses, ya que llegado este tiempo deja de cumplir de manera adecuada su función.

2. Hábitos saludables en la alimentación. El consumo reiterado de azúcar incrementa la población bacteriana en la cavidad oral y permite alterar la ecología bucal y convertir el azúcar en ácidos que desmineralizan el esmalte de los dientes.
Para prevenir la caries es esencial evitar determinados productos como los zumos con alta concentración de azúcar, refrescos con gas, bollería industrial o golosinas. Otra medida eficaz para limitar el consumo de azúcares libres es sustituir la sacarosa por otro tipo de edulcorantes con menor capacidad de erosión dental.
En este sentido, el Consejo General de Dentistas, entre los consejos que ofrece para saber cómo prevenir las caries, recuerda que seguir una dieta sana y equilibrada reduce las enfermedades bucodentales y contribuye a una buena salud general.

3. Medidas que aumenten la resistencia a la caries. El flúor es un componente eficaz en la prevención de la caries. La fluorización de las aguas de consumo ha reducido de forma significativa la prevalencia de caries.
En muchas ocasiones eso sólo no basta y es preciso realizar enjuagues con flúor y aplicación periódica de geles o barnices para prevenir lesiones por desmineralización.
En los pacientes con alto riesgo de caries se recomiendan los exámenes periódicos, profilaxis, controles de placa dental y aplicaciones de lacas o barnices flúor-clorhexidina cada 3 meses.
En estos pacientes de alto riesgo se puede indicar enjuagues de flúor, clorhexidina o triclosan, así como pasta dentales específicas para cada problema.
La aplicación de selladores de fosas y fisuras también previene la incidencia de caries.

Fluorización

El flúor transforma la hidroxiapatita de los dientes en fluorapatita, que es más resistente a la desmineralización provocada por los ácidos creados por las bacterias presentes en la placa dental, además de disminuir la formación de estos ácidos.
El agua corriente de Euskadi se encuentra fluorada desde 1998, en una concentración adecuada según la Organización Mundial de la Salud. Esta aportación de fluor, junto a una adecuada higiene oral puede ser suficiente para evitar la incidencia de caries, pero en otras ocasiones, por defectos del esmalte o dentina, la calidad de la saliva, las bacterias y su virulencia pueden ser preciso la administración extra de flúor.

Estas dosis extras de flúor es recomendable aplicarlas de manera tópica mediante la utilización de pastas dentífricas, colutorios, barnices, geles, etc…
Las partículas por millón (ppm) del ión flúor recomendadas en las pastas dentífricas varían dependiendo de la edad y de acuerdo a las recomendaciones de la Sociedad Española de Odontopediatría del 2019, estas deben ser:

– 0 a 3 años. Sin flúor debido al riesgo de deglución.
– 3 a 6 años. Con 1000ppm de ión flúor
– Mayores de 6 años. De 1450 a 5000ppm dependiendo del riesgo de caries

En edades adultas puede estar recomendado la administración de dosis superiores de acuerdo al riesgo e incidencia de caries.
A nivel de colutorios, las dosis recomendadas de fluoruro sódico son de 225 ppm en el de uso diario y de 900 ppm en el semanal, con enjuagues de 1 minuto.
Los barnices y geles de flúor están orientados a pacientes con alto riesgo de caries y presentan unas concentraciones entre 5000 y 12500ppm, que únicamente pueden ser recomendadas y aplicadas bajo la supervisión de profesionales.
Aunque los beneficios del flúor están ampliamente demostrados, es de gran importancia no superar unas dosis recomendadas para evitar el riesgo de fluorosis.

Limpieza bucal (Tartrectomía)

La tartrectomía es un procedimiento que se realiza generalmente sin anestesia y que consiste en la limpieza de la placa y el sarro que se encuentra por
encima de la encía y en contacto con la encía.
Es un procedimiento con doble función. Por un lado, profiláctico, ya que previene la enfermedad en los sujetos sanos, y por otro es terapéutico, debido
a que es el tratamiento para eliminar la gingivitis.

Tras la eliminación de la placa y el sarro, se realiza un pulido para eliminar las tinciones externas provocadas por tabaco, café, etc..
Cuando el sarro alcanza niveles más profundos dentro de la encía o ya existe pérdida ósea, la tartrectomía es tan solo la primera fase de un tratamiento más complejo.
La frecuencia de las tartrectomías o limpiezas bucales que precisa un paciente depende de sus hábitos de higiene, de la microflora, de las bacterias presentes, del pH salival, etc…
Con las revisiones periódicas se puede determinar el nivel de higiene, formas de mejorarlo, así como establecer un intervalo de limpiezas adecuado a cada caso.